21 de mayo de 2009

Final 2009

A continuación presentamos las cartas de renuncia de los miembros del Tribunal Disciplinario, Adolfo Hernández (presidente) y German Paniagua (miembro).
Ellos sostienen que recibieron presiones para permitir que los tres jugadores sancionados de Liberia pudieran jugar contra Saprissa el pasado domingo.

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Que tres personas, una del mismo Disciplinario (María Martha Rojas), un expresidente de la Unafut (Joaquín Hernández, quien regresó al puesto) y Jorge Romero (también de la Unafut) hayan ejercido presión –según denuncian los dimitentes– es inaudito.

Más lo es que Rojas, en media sesión del Disciplinario, llamara a Hernández y Romero para que ellos confirmaran, en altavoz, que deseaban que los castigos a los pamperos quedaran sin efecto.

Se violó el artículo 4, según el cual no cabe apelación por tarjetas amarillas (solo por cartulina roja y si el castigo es por tres o más partidos).

Indigna además que el presidente del Tricoa, Marvin Cubero, diga que no sepa qué clase de recurso presentó Liberia, pues él fue uno de los que lo resolvió.

Lo peor, que el Tricoa estudiara un recurso de apelación si antes no fue presentado al Disciplinario, como reza el artículo 89.

La “joya” de las denuncias de Hernández y Paniagua es que el Tricoa no tiene facultad para tomar la decisión que tomó, pues esta facultad solo le compete al Comité Director de la Unafut.

Este torneo de verano del 2009, no hay duda, quedará marcado como uno de los episodios más oscuros en la historia del fútbol de Costa Rica.