El día de ayer en el programa Peloteando de radio Columbia estuvo el "Billarista del Fútbol", don Leonel Hernández. Una plática amena con un caballero, un señor, y sin duda uno de los más grandes futbolistas que ha salido de esta tierra.
Dentro de las cosas que conversó y llamó la atención por su franqueza, fue cuando le preguntaron qué opinaba sobre el fútbol nacional actual, y él respondió que casi no veía partidos de acá. Argumentó que es una pérdida de tiempo ver ARBITRAJES TAN REMALOS además de FUTBOLISTAS CON TAN POCA HONESTIDAD Y AMOR POR EL FUTBOL, aduciendo cómo engañan con artimañas y clavados teatrales a los ya de por si ineptos que usan el pito (lo de "ineptos" lo escribo yo, él es un caballero).
Del domingo a hoy hemos visto claros ejemplos de la incompetencia con lo que tenemos que lidiar fecha tras fecha, y es en realidad preocupante ver la parcialidad con que se objetan estas actuaciones. El principio "cajita blanca" indica que el árbitro se equivoca por errores de apreciación, no por mala intención. Yo veo lo contrario, y cada día me convenzo más que la mayoría de los árbitros en este país entran ya predeterminados a perjudicar directamente y en lo que puedan a un equipo.
Puedo dar nombres con ejemplos claros de las 4 últimas jornadas para no hilar tan delgado, y si se le da seguimiento al partido por completo veremos que no es en jugadas aisladas que el hombre del pito afecta a X equipo, lo hace a lo largo de los noventa y pico minutos que se le ocurra prolongar el juego.
La Comisión pasa de director en director sin que nadie sepa qué hacer, al fin de cuentas son los mismos zanates los que tenemos que aguantar domingos - miércoles sin que se dé una solución real. Henry Bejarano influye directamente con el resultado de un partido y no es castigado, Hugo Cruz, Vinicio Mena y qué pasa? Nada! Para qué entrenar, concentrar y estudiar al rival si en 2 segundos un tercero se pasea en el trabajo de toda una semana, y hasta de una temporada, por que le da la gana (algún interés solapado -y a veces ni solapado, sino recordemos aquel descarado línea enfocado celebrando un gol en el estadio de Tibás-).
Puestos de jugadores, técnicos, directivos penden del comportamiento en 90 minutos de un trío de personas con estos atestados. La salud emocional de quienes somos apasionados está sujeta de sujetos que con sólo un movimiento puede cambiar radicalmente lo que 11 jugadores no han podido.
Y saben qué es lo peor, que hoy lo podemos escribir, hablar y leer a nivel interno, hablando de nuestro campeonato, y los que hoy señalan mañana seremos señalados por que esto es así de triste y de inconstante, pero mañana lo sufriremos a nivel país, cuando tengamos que lidiar con panameños, gringos, del "triángulo maya" y nos tengamos que envolver en bilis viendo descaros de los cuales aún guardamos ingratos recuerdos.
La eliminatoria está por comenzar, y al igual que las semifinales nacionales lo único que puedo decir al ver salir al campo a los de negro es: "que Dios nos agarre confesados!".
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