21 de agosto de 2008

Costa Rica 1 - El Salvador 0


1er Partido Cuadrangular Sudáfrica 2010

Se inició, 1-0 estuvo bien, pero costó como pocos. Cómo se sufrió, cómo se sudó de congoja en el estadio y en cada rincón del país. Típico juego de eliminatoria que había que sacarlo con las uñas, con el alma, con malicia y hasta con mal fútbol. No importaba cómo llegar al resultado, pero había que ganar.
Un triunfo que vale mucho pese a los altibajos de una Selección tica de medias tintas.
Primer tiempo de muchas ganas, pero de poco orden, de pocas jugadas bien llevadas en ataque y hasta de algunos sustos en el área de Ricardo González, convertido en figura al detenerle un penal al errático Eliseo Quintanilla. Fue claro que a la “Sele” le faltó pegada, más allá de las dos aproximaciones de Álvaro Saborío, que no pasaron del ¡huyyyy!
La afición le metió ganas con la camiseta roja bien pegada en el pecho, pero el equipo tico estuvo lejos de inquietar en serio al bien plantado esquema defensivo de El Salvador, que fue más orden que otra cosa.
A Costa Rica le costó en lo individual y colectivo. En la defensa Junior Díaz voló muy bajo, salvado por un Segares estupendo, mientras que en zona de volantes al “Mariachi” Solís le faltó chispa y más efectividad en el pase táctica fija, aunque salvó la noche con la falta de penal que le cometieron y que convirtió Saborío con un balazo al centro.
Wálter Centeno desahogando la medio y un Bryan Ruiz que no se ve con la nacional. Lunares normales, ciertamente, al haber sido el primer trote de esta Selección que comienza a andar con nuevo cuerpo técnico y algunas nuevas figuras figuras. Un Alpízar desconocido, nada aportó, un par de remates nada más, vago y aburrido, no salió abucheado por la expulsión del laborioso Saborío.
Quedó plasmado que a la Tricolor le falta muchísimo trabajo para inquietar con determinación en la eliminatoria. Falta ritmo, confianza y trabajo colectivo, para que las individualidades tomen la voz cantante. Por eso, y con todas las carencias ya señaladas, el 1-0 fue bueno, pero sólo eso.
El Salvador fue un rival ordenado, de entrega pero muy reducido en comparación con los rivales que se tendrán en una eventual clasificación a la hexagonal final. Falta mucho trabajo para crecer como equipo.
La eliminatoria comenzó a vibrar con garra y mucha entrega, el próximo 6 de Setiembre recibiremos a Surinam y esperemos sea el segundo paso, sólo que mucho más firme.